lunes, 5 de diciembre de 2016

Disfrazado de superheroe

Solías hablar de lo genial que eras y buscabas el reconocimiento a partir de la indiferencia...¿Cómo creiste que eso iba a funcionar? Creerte un ser superior basado en tu soledad no te sirvió y caíste en un vacío real. Vacío que creaste por tu propia cuenta. Solías creer que sin ayuda de nadie eras capaz de todo, pero solo fuiste capaz del hundimiento. 

Ahora sos un desastre de superheroe. 

A tu alrededor pasaban muchas cosas y, aunque hacías la vista a un lado, era claro el daño que causaban. No hacía falta hablarlo, eso creías… pero el silencio solo lo empeoraba. Ironicamente hoy sobran las palabras.

No tenías futuro ni lo buscabas y, aunque no lo notaba, tu falta de inspiración me coartaba mis propias ganas de crecer. Pensabas más en el afuera que en lo que pasaba dentro y todo estaba mucho más cerca de lo que creías. Estaba la solución. Estaba ahí, a la vista de todos, pero no querías verla. 

Siempre hacer la vista a un lado era más fácil. Siempre.

Necesitabas más. Yo necesitaba más. Todos lo necesitábamos.

Tenía que irme para que despiertes y, a pesar de que la soledad llegó…otra vez corriste la mirada.

Y aun así, aunque no lo entienda…aun así te sigo extrañando. Sabiendo que el superheroe sigue usando una capa de mentira, sabiendo que la inspiración no la encontras y que, quizás, nunca aparezca.

No serás lo que creía, no serás lo que quería y hasta seguramente nunca tendrás una batalla ganada, pero aun así sigo esperando que ese superheroe me salve. 




Por Anahí Boragnio