“La intimidad de este monólogo interior, que
Joyce inventa, hace de Molly una Penélope liberada de la moral victoriana, que
empieza y termina con la palabra femenina SI, según escribe Joyce en una carta
a Frank Budgen” Cristina Banegas.
Molly Bloom es una obra que gracias a la
actuación de Cristina Banegas se vuelve interesante y mantiene al espectador al
tanto de lo que ocurre.
Un discurso feminista donde el relato se
construye con fragmentos de historias personales, anécdotas y emociones. Por
momentos Molly, el personaje que encarna Cristina Banegas, recuerda algunas
estrofas de canciones que tararea en su cabeza, se ríe, se emociona, se erotiza
y se enoja. Es un texto extremadamente vital.
Hay dos desafíos que se ven en esta puesta en
escena:
El primero el como interpretar un texto de 90
paginas sin caer en lo monocorde y logrando la atención constante del publico.
El segundo es de montaje, montar e interpretar
los pensamientos de una mente humana.
Ambos desafíos son muy bien resueltos durante
toda la obra tanto desde la actuación como desde la dirección. Sin embargo no
es fácil sacar al espectador de la duda del por que la obra es todo el tiempo
leída, ¿no seria, acaso, mas llamativo y estético que el monólogo sea recordado
e interpretado por la actriz sin necesidad de su lectura? ¿No se trata de eso
el teatro, la interpretación de un texto desde lo oral y corporal?
Estas preguntas pueden ser respondidas desde la
teoría que plantea el staff de la obra. Cada palabra, pensamiento, anécdota y
vivencia que tiene la protagonista es como música para ella.
De esta manera es también entendida la escenografía,
que solo se trata de una sabana blanca que va desde el piso hasta el techo y un
atril en donde esta el texto. Un atril, como el de las orquestas, como si fuese una partitura, como si ese texto fuera música por si solo.
Las luces saben acompañar muy bien los momentos
donde Molly muestra enojo, tristeza o donde habla su conciencia. La música es
interpretada por la misma actriz cuando recuerda estrofas que salen de su
cabeza.
Molly Bloom es una obra donde señoras mayores de
40 años, divorciadas, se sienten identificadas con el libro, pueden sentirlo y
se sonrojan al escuchar los momentos eróticos que se interpretan.
Ficha Técnica:
Duración: 60 minutos
Traducción: Laura Fryd y Cristina Banegas
Adaptación: Laura Fryd, Cristina Banegas y Ana Alvarado
Actores: Cristina Banegas
Dirección de arte: Juan Jose Cambre
Diseño de iluminación: Matias Sendon
Diseño de sonido: Facundo Gomez
Realización escenografita: Sol Soto
Realización de vestuario: Marta Klopman
Dirección: Carmen Baliero
Asistente de dirección: Francisa Ure
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Cristina Banegas representando a Molly |
Teatro: Centro Cultural de la Cooperación –
Corrientes 1543
Funciones: Viernes, Sábados y Domingos 20.15hs.
Entradas: $70